martes, 29 de diciembre de 2009

Una historia sin final feliz

Por una vez, y sin que sirva de precedentes, me gustaría sacar a colación un cómic. Digo sin que sirva de precedentes porque uno es consciente de sus límites y desde que comencé la andadura de este blog, no me he sentido con capacidad suficiente para criticar con fundamento el cada vez más creciente número de novelas gráficas que han ido acumulándose en mis -flamantemente nuevas- estanterías. Al ser un medio en el que no me siento versado, tampoco me veo con autoridad para hablar de su calidad.

El caso es que lo último que he podido leer ha sido un producto Marvel bastante inusual. Se trata de X-Men: Magneto. Testamento, una historia autoconclusiva que nos desvela la oscura infancia y juventud de uno de mis supervillanos favoritos, que pasó una temporada sufriendo la persecución alemana y los sinsabores de un campo de concentración.

No voy a entrar en profundidad a analizar el volumen, porque no es lo que pretendo con esta entrada. Baste decir que no es un cómic de superhéroes, sino un cómic sobre el Holocausto que trae sorpresa al final. Y es esa sorpresa de la que quiero hablaros.

Una vez enterado de las vicisitudes del joven Magneto entre los nazis, o más bien, entre los fantasmas judíos que pueblan los campos de concentración, me tropecé con una editorial firmada por el mismísimo Stan Lee que, para aquellos que anden despistados en el tema, es uno de los padres del cómic americano (que además suele tener cameos en la mayoría de las adaptaciones cinematográficas de los héroes Marvel que se ruedan). Y de la mano de Stan Lee me enteré de la historia real que da título a esta entrada, la historia de Dina Babbitt. Dina nació en la República Checa en 1923, y tuvo la desgracia, al igual que Magneto, de ir a parar cuando era una jovencita a Auschwitz. Dina, por aquel entonces, despuntaba en el arte del dibujo y, clandestinamente, pintó un mural con Blancanieves y los 7 enanitos de Disney en uno de los barracones atestados de niños judíos que esperaban su turno para ser aniquilados. De esta manera, y jugándose la vida por tamaña osadía, llenó de un poco de color la vida de aquellos chiquillos.

El mural fue descubierto por los nazis, que llevaron a Dina -supongo que aterrada, esperando su muerte- ante la presencia de Josef Mengele, una de esas figuras históricas que dejan en bragas al Dr. Doom y cualquier otro supervillano que se os ocurra. Mengele requirió de Dina, a cambio de salvar su vida, que pintase para él retratos de prisioneros gitanos con los que estaba experimentando. Al parecer, el Ángel de la Muerte no estaba satisfecho con las tonalidades de piel que obtenía de su cámara fotográfica, y quiso que Dina retratase y 'retocase' a los gitanos con acuarelas que reflejasen más fielmente esos matices que le ayudarían a demostrar su gran teoría de la supremacía genética aria.

Dina, parece ser, pidió al mismo Mengele que salvase la vida de su madre, que se encontraba en Auschwitz también, 'amenazándolo' con suicidarse si no lo hacía. Mengele, en un alarde más de su histriónica personalidad, aceptó.

La pintora retrató aproximadamente a una docena de prisioneros hasta que fue liberada, y además también retrató a diversos familiares de oficiales nazis, al propio Mengele en plena faena, disecciones, etc., etc.

Dina se marchó a Estados Unidos, los años pasaron y llegó a ser una importante animadora de estudio, trabajando en series como Speedy Gonzalez o Piolín. En 1973, se enteró de que el museo de Auschwitz iba a exponer varios de aquellos retratos que, milagrosamente, se habían salvado. Solicitó al museo polaco que le devolviesen aquellas acuarelas, pero el museo se negó en rotundo, alegando que los dibujos no eran propiedad de Dina, sino de -!!!- Josef Mengele.

Hasta ahí, lo que pude aprender de X-Men: Magneto. Testamento. La historia me interesó bastante, así que investigué un poquito más, y parece ser que ha existido un movimiento de cierta relevancia dentro del ámbito de la animación profesional para que Dina recuperase sus retratos. De web en web he pasado por la vida de Mengele, de Stan Lee, por las experimentaciones en los campos de concentración, por la historia del Escuadrón 731 del Ejército Imperial Japonés, por textos sobre la historia que os acabo de contar, intentando encontrar esa noticia que dijese que las ilustraciones estaban donde tenían que estar... hasta que he llegado a una fecha desoladora: 29 de julio de 2009. En esa fecha, Dina Babbitt falleció víctima de un cáncer. Jamás pudo recuperar sus obras. Su entrada en la Wikipedia seguía narrando su vida en presente, como si estuvise viva.

El último capítulo de la versión americana original de X-Men: Magneto. Testamento terminó de publicarse en marzo de 2009.

J.

sábado, 26 de diciembre de 2009

10

Gracias a la vida que me ha dado tanto
Me dio dos luceros que cuando los abro
Perfecto distingo lo negro del blanco
Y en el alto cielo su fondo estrellado
Y en las multitudes el hombre que yo amo

Gracias a la vida que me ha dado tanto
Me ha dado el oído que en todo su ancho
Graba noche y día grillos y canarios
Martirios, turbinas, ladridos, chubascos
Y la voz tan tierna de mi bien amado

Gracias a la vida que me ha dado tanto
Me ha dado el sonido y el abecedario
Con él, las palabras que pienso y declaro
Madre, amigo, hermano
Y luz alumbrando la ruta del alma del que estoy amando

Gracias a la vida que me ha dado tanto
Me ha dado la marcha de mis pies cansados
Con ellos anduve ciudades y charcos
Playas y desiertos, montañas y llanos
Y la casa tuya, tu calle y tu patio

Gracias a la vida que me ha dado tanto
Me dio el corazón que agita su marco
Cuando miro el fruto del cerebro humano
Cuando miro el bueno tan lejos del malo
Cuando miro el fondo de tus ojos claros

Gracias a la vida que me ha dado tanto
Me ha dado la risa y me ha dado el llanto
Así yo distingo dicha de quebranto
Los dos materiales que forman mi canto
Y el canto de ustedes que es el mismo canto
Y el canto de todos que es mi propio canto

Gracias a la vida, gracias a la vida



J.

jueves, 24 de diciembre de 2009

Mitos navideños

Todo el equipo de los Sueños en la casa de la bruja (esto es, yo), el Unspeakable Vault of Doom y un montón de dioses primigenios os desean felices fiestas. Cuidado con los regalos.

J.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Naturaleza muerta

De la Semana Gótica de Madrid me traje, entre otros, Naturaleza muerta, autografiado por su autor, Víctor Conde. El otro día, en un ataque de curiosidad, lo empecé, y la verdad es que es de los típicos libros que te pones, te pones... te picas y al final no los dejas.

Decía el autor en una de las mesas redondas que es complejo escribir literatura sobre zombis porque el enemigo no es un ente único, no es una personalidad compleja, sino una vastedad, una inmensidad de cadáveres sin emociones, muy difícil de tratar literariamente ya que apenas hay perfil psicológico ni humano -chiste fácil- que tratar. Lo curioso es que Naturaleza muerta sortea este obstáculo sin problemas, estando sus puntos débiles en otros puntos de la novela.

Como si de un videojuego se tratara, pues en ocasiones la narración se asemeja más a una partida de PS3 que a un libro, Conde entra de lleno en un holocausto zombi cañí, localizado en Madrid, con un grupo de supervivientes intentando encontrar una explicación a todo lo que está ocurriendo pero, sobre todo, intentando no caer en las fauces de los zombis -llamados pellejos a lo largo del libro-. El texto, en ocasiones, se convierte en un festival gore en toda regla, y algunas de las escenas -el vagón matadero, por ejemplo-, son verdaderos escenarios de lo grotesco que, como digo, podrían ser llevados a la pantalla en forma de videojuego. Las escenas de acción son trepidantes y viscosas, repugnantes en muchas ocasiones, dantescas por completo en otras. Se llega a tener ese 'gusanillo' en el estómago que provocan no muchas novelas del género, que es la antesala del horror.

El grupo protagonista queda bien descrito, los personajes tienen su trasfondo moral, su perfil psicológico examinado con lupa, sus crisis, sus pensamientos pecaminosos y demás. Todo hecho con oficio, consiguiendo que el lector se interese por los pequeños detalles de cada historia oculta en los sufridores.

Los problemas de Naturaleza muerta están a nivel de argumento. Víctor Conde abre muchas muchas muchas muchas incógnitas a lo largo de las páginas, y luego sólo aclara la principal. Se quedan mil interrogantes colgando como pellejos ensartados, demasiadas preguntas que en su momento hacen que te enganches a la novela, y que cuando faltan 40 páginas descubres con terror que no van a ser resueltas porque es físicamente imposible que dé tiempo. Tanto cabo suelto sólo cabe pensar en un par de cosas: por un lado, que haya una segunda parte -no anunciada-. Por otro, que si no la hay, te sientas un poquito estafado.

Por otra parte, existen ciertas sub-tramas que van demasiado aceleradas y, por descontado, nada explicadas (¿qué hay de los sellos del libro que se abren sin motivo?). Además, pese a que la idea de un holocausto zombi español tiene un encanto particular, hay una vertiente religiosa en la obra que no me cuadra, y la sensación a veces es la misma que pudiera dejar [REC2]. Algo así como 'si no te hubieses metido en esos sembrados, mejor'.

Como tema de reflexión, apunto algo que creo es bastante llamativo (o tal vez es ya deformación profesional, u obsesión, vaya usted a saber). Creo que la sombra de los atentados del 11 de marzo planea sobre esta novela, de la misma manera que el 11-S está en otras de género (y de no género, claro). Esa visión del vagón de metro como trampa mortal... sería interesante poder hablar con Víctor del tema.

Naturaleza muerta me ha dejado con ganas de leer más del escritor. Tiene una narrativa que engancha, de la misma manera que engancha King o Guillermo del Toro. Deficiente a nivel de trama, pero entretenido, y mucho.

J.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Manifiesto: En defensa de los derechos fundamentales en Internet

Ante la inclusión en el Anteproyecto de Ley de Economía sostenible de modificaciones legislativas que afectan al libre ejercicio de las libertades de expresión, información y el derecho de acceso a la cultura a través de Internet, los periodistas, bloggers, usuarios, profesionales y creadores de internet manifestamos nuestra firme oposición al proyecto, y declaramos que…

1.- Los derechos de autor no pueden situarse por encima de los derechos fundamentales de los ciudadanos, como el derecho a la privacidad, a la seguridad, a la presunción de inocencia, a la tutela judicial efectiva y a la libertad de expresión.

2.- La suspensión de derechos fundamentales es y debe seguir siendo competencia exclusiva del poder judicial. Ni un cierre sin sentencia. Este anteproyecto, en contra de lo establecido en el artículo 20.5 de la Constitución, pone en manos de un órgano no judicial – un organismo dependiente del ministerio de Cultura -, la potestad de impedir a los ciudadanos españoles el acceso a cualquier página web.

3.- La nueva legislación creará inseguridad jurídica en todo el sector tecnológico español, perjudicando uno de los pocos campos de desarrollo y futuro de nuestra economía, entorpeciendo la creación de empresas, introduciendo trabas a la libre competencia y ralentizando su proyección internacional.

4.- La nueva legislación propuesta amenaza a los nuevos creadores y entorpece la creación cultural. Con Internet y los sucesivos avances tecnológicos se ha democratizado extraordinariamente la creación y emisión de contenidos de todo tipo, que ya no provienen prevalentemente de las industrias culturales tradicionales, sino de multitud de fuentes diferentes.

5.- Los autores, como todos los trabajadores, tienen derecho a vivir de su trabajo con nuevas ideas creativas, modelos de negocio y actividades asociadas a sus creaciones. Intentar sostener con cambios legislativos a una industria obsoleta que no sabe adaptarse a este nuevo entorno no es ni justo ni realista. Si su modelo de negocio se basaba en el control de las copias de las obras y en Internet no es posible sin vulnerar derechos fundamentales, deberían buscar otro modelo.

6.- Consideramos que las industrias culturales necesitan para sobrevivir alternativas modernas, eficaces, creíbles y asequibles y que se adecuen a los nuevos usos sociales, en lugar de limitaciones tan desproporcionadas como ineficaces para el fin que dicen perseguir.

7.- Internet debe funcionar de forma libre y sin interferencias políticas auspiciadas por sectores que pretenden perpetuar obsoletos modelos de negocio e imposibilitar que el saber humano siga siendo libre.

8.- Exigimos que el Gobierno garantice por ley la neutralidad de la Red en España, ante cualquier presión que pueda producirse, como marco para el desarrollo de una economía sostenible y realista de cara al futuro.

9.- Proponemos una verdadera reforma del derecho de propiedad intelectual orientada a su fin: devolver a la sociedad el conocimiento, promover el dominio público y limitar los abusos de las entidades gestoras.

10.- En democracia las leyes y sus modificaciones deben aprobarse tras el oportuno debate público y habiendo consultado previamente a todas las partes implicadas. No es de recibo que se realicen cambios legislativos que afectan a derechos fundamentales en una ley no orgánica y que versa sobre otra materia.

Este manifiesto, elaborado de forma conjunta por varios autores, es de todos y de ninguno. Si quieres sumarte a él, difúndelo por Internet.