martes, 20 de enero de 2009

La carretera, de Cormac McCarthy

Angustia y desasosiego son dos de las -poco felices- sensaciones que provoca la lectura de esta genialidad de novela.

No hay mucho que contar acerca de las poco más de 200 páginas que componen La carretera. Un padre y un hijo deambulan por unos postapocalípticos y devastados Estados Unidos, en los que llueve ceniza y la comida es un bien tan escaso que los pocos humanos que siguen vivos huyen unos de otros por la proliferación de actitudes caníbales. Eso es todo lo que, en esencia, nos presenta McCarthy. No está mal, teniendo en cuenta el giro temáticode 180 grados que pega el autor desde su anterior No es país para viejos.

¿Qué tiene de especial, entonces, la novela? Todo. El cómo está escrita. El cómo te absorbe, el cómo vives todo lo que les ocurre a padre e hijo, sus conversaciones, sus encuentros, sus problemas, sus escasísimas alegrías. Incluso siendo un final previsible desde casi el principio (al menos lo fue para mí), ese detalle no deja de ser una nimiedad en comparación a la magnitud de la soledad y terror que desprende todo el libro. Es más, entrever el trágico final no hace sino acrecentar esa angustia que te corroe por dentro, porque lo ves venir, porque sabes que es inevitable.

La carretera no es, desde luego, un libro para leer en cualquier momento. Es de esos textos que hacen que te remuevas incómodo en el sillón o la cama, que el corazón se te ponga en un puño, que, en definitiva, sientas lo que sienten los dos desgraciados caminantes. Pero es un libro que HAY que leer si se quiere apreciar el poder de un libro bien escrito, al igual que hay que ver ciertas películas, por incómodas que resulten, para descubrir el poder de una cinta bien rodada.

Es cierto que el tema postapocalíptico está más o menos trillado. Es cierto que la historia no es historia en realidad. Es cierto que es previsible. Es cierto que el planteamiento puede parecer monótono en primera instancia. Da igual. Léelo.

J.

2 comentarios:

borja dijo...

Me lo apunto. Aunque desde que me llevé el chasco con la peli de bardem como que he no sé qué esperarme. En principio el argumento y los temas me llaman la atención. Veremos...

Gonzalo Muro dijo...

Creo que das en el clavo cuando señalas que el horror y la angustia son alguna de las sensaciones que despierta la lectura de La carretera. Pero también la ternura entre padre e hijo, las dudas morales ante acciones quizá inevitables. Y todo ello con un lenguaje desnudo, casi tanto como el paisaje que recorren, como la vida que se ha escapado a alguna parte pues ya no son humanos los que cruzan junto a ellos la carretera.

Un saludo.