miércoles, 25 de febrero de 2009

Artista invitado con tentáculos

Sí, ya es oficial y está confirmado en la propia web de Cosmopoética: Michel Houellebecq viene a Córdoba a participar en la edición del festival poético este año, a mediados de abril.

Casi me caigo de la impresión cuando me lo contaron, la verdad. Con toda sinceridad, no he leído nada poético ni narrativo del tipo en cuestión, pero sí que he devorado y estudiado hasta la saciedad H.P. Lovecraft: contra el mundo, contra la vida, que es una joya ensayística de 100 páginas. Un auténtico curso intensivo en Lovecraft, con bosquejo biográfico incluido, que expone de manera meridianamente clara el pensamiento que el francés tiene -y que comparto casi al 100%- de la obra del de Providence.

Me mantengo al margen de las polémicas que el escritor desata allá por donde pasa, pues ya os digo que no puedo opinar mucho al respecto (aunque me pondré al día de aquí a abril, claro). Sí que parece evidente que no se le debe preguntar por su madre...

Además, es uno de los pesos pesados que me encantaría traer al nunca-en-marcha congreso sobre ciencia-ficción. A ver si puedo usar mis malas artes para acercarme a él :P Lo mismo pasa de mí como de la mierda, que será lo más probable, ¡pero a ver si al menos me firma el ejemplar todo anotado que tengo del ensayo!

Lo dicho, el Cosmomundo calienta motores un año más, y esta vez tengo más expectación todavía que en años anteriores...

J.

lunes, 23 de febrero de 2009

Darth Vader y Walker Evans

¿Qué tienen en común el caballero de la armadura oscurita y voz romeril con el fotógrafo de la Gran Depresión norteamericana? Pues que puedes disfrutar de ambos en Madrid en un día, porque hay una exposición sobre el fotógrafo y otra sobre Star Wars separadas por un par de estaciones de metro. Hace un par de domingos tuve la oportunidad de visitar las dos.

La Fundación Mapfre expone estos días una amplia selección de las fotografías realizadas por Evans, siguiendo su trayectoria desde sus inicios hasta sus trabajos más reconocidos sobre rascacielos neoyorquinos y perfiles de la América rural, pasando por su etapa cubana, sus fotografías de los guetos negros, su experimentación con el color polaroid, etc.

La visita merece muchísimo la pena, pues nos ofrece una visión global de toda la carrera del fotógrafo y nos sumerge en su universo mundano, periodístico y realista, transportándonos a las miserias de las clases más bajas en los colapsados Estados Unidos de los años 30.

Por su parte, Star Wars the Exhibition nos ofrece hasta finales de marzo una amplia selección de material original empleado en el rodaje de la saga de George Lucas. Destacan los vestuarios de personajes míticos como el propio Vader, Boba Fett, soldados imperiales, droides, Chewbacca y similares, así como una reproducción a tamaño natural de una moto jet y un par de vainas de carreras.

La exposición, amena sin lugar a dudas, tiene un par de peros de importancia. El primero, para mí imperdonable, es que está excesivamente basada en la trilogía cinematográficamente más moderna -episodios I, II y III-, con lo que los episodios ochenteros originales -IV, V y VI- quedan claramente relegados a un segundo plano con una notable falta de material. Baste con señalar que uno de los elementos icónicos de la saga, como es el Halcón Milenario, brilla por su ausencia en las salas.

En algo menos de dos horas podemos recorrer las habitaciones plagadas de maquetas, monstruitos y alienígenas, hacernos la foto de rigor con el personaje preferido y fijarnos en lo cuidadísimo que está cualquier elemento en el que centremos nuestra atención: armaduras oxidadas y estropeadas, detalles minúsculos que, más que probablemente, pasan desapercibidos en la pantalla (¿cuántos os habiais fijado en que, a modo de trofeo, Boba Fett lleva colgadas varias trenzas jedi del hombro?).

Por otro lado, es incomprensible que una exposición de esta magnitud tenga una tienda tan sumamente pobre. Me ahorré los 40€ del catálogo de Walker Evans en previsión a lo que podría encontrar en la tienda Star Wars y menuda decepción. Peluches ortopédicos, disfraces casposos, minibustos horribles, legos y muñequitos de acción caspa, camisetas que no pasan de la talla L (¿todavía no nos enteramos de que el 75% de los frikis somos talla, mínimo, XL?)... Alguna que otra figura en resina de mejor calidad, y poco más. Decepcionante. Ni una mísera reproducción en condiciones de un sable laser, por ejemplo.

Los 10 euros que cuesta la entrada (5 en tarifa reducida para estudiantes y maleantes varios) se pagan tranquilamente, pero la sensación para el aficionado a las primeras películas es de cierta insatisfacción y, desde luego, no penséis traeros un pedazo de recuerdo para decorar vuestro salón o dormitorio.

Os debo alguna foto. Próximamente.

J.

miércoles, 18 de febrero de 2009

Cuando algo se escapa de tu control

Una de las cosas que más aterran -a mí personalmente-, y en las que menos se deben pensar de los vuelos en avión, es la sensación de que no hay absolutamente nada bajo tu control. Tu vida y la de otras 300 personas depende íntegramente de un par de personas que ni siquiera has visto, y del buen estado general de un pajarracho de chiquicientas toneladas. Todo, absolutamente todo, está ajeno a tí. Si llegas bien a tu destino, no es desde luego gracias a tí. Pero si te matas, tampoco.

Ahora, expliquémoslo con un caso práctico:

Imagina que recibes un correo electrónico de un conocido/familiar/amigo. El remitente te explica que va a colgar una bandera del balcón de su casa la próxima Semana Santa, expresando su insatisfacción por el hecho de que las procesiones se realicen en medio de la ciudad durante una semana, aconsejando que se trasladen a un lugar apartado del centro. Te invita, si quieres, a solicitar también una de esas banderas. Te percatas, además, de que es un mail que ha sido enviado a mucha más gente -atención a ese dato-. ¿Cómo reaccionas?

a) Pasas del email tres pueblos y lo borras directamente.

b) Guardas el email para contestarlo más tarde. Digamos dentro de diez años.

c) Contestas el correo, interesándote (o no) por cómo le va al remitente porque hace mucho que no os veis (o no), y pidiéndole una bandera.

d) Contestas el correo, interesándote (o no) por cómo le va al remitente porque hace mucho que no os veis (o no), y diciéndole que no quieres una bandera.

e) Te posee Satán (o dios). Respondes a TODAS las direcciones a las que les llegó el correo original. Expresas tu absoluta adhesión/absoluto rechazo al proyecto. Te enzarzas (ante la incredulidad del autor del correo original) en una discusión increíble con el resto de gente que también ha sido poseída por Satán (o dios), a la que probablemente ni siquiera conoces. Las palabras facha/rojo/capillita/ateo/libertad/libertinaje fluyen como si tal cosa. Las ideas absolutistas también. Amenazas al promotor de la idea con hacerle tragar una bandera si la ves colgada durante la Semana Santa. Comentas las posibilidades reales de que el domicilio que cuelgue la bandera de la polémica sea apedreado/quemado por una turba enfurecida. Después, te sientas a ver las noticias y comentas lo locos que están los que creen en otras religiones/simplemente creen porque apedrean a las adúlteras.

Si has contestado a/b/c/d, en contra de toda probabilidad, eres raro.

Esta escalofriante historia está basada en hechos reales. Los nombres de lugares, personas, animales y cosas han sido omitidos para reservar el derecho a la intimidad. Todo parecido con la coincidencia es pura realidad.

Castigo para el viernes: Escribir 1000 veces 'Usaré Copia Oculta en los mails'.

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J.

viernes, 13 de febrero de 2009

El curioso incidente del perro a medianoche

Llegué a esta novela de Mark Haddon por pura casualidad, investigando para un futurible artículo sobre Extremely Loud and Incredibly Close de Safran Foer. El caso es que ha sido todo un descubrimiento que me ha hecho replantearme un poco la originalidad de la obra de Foer, ya que las influencias que éste recibe de El curioso incidente del perro a medianoche son más que notables.

Haddon nos cuenta, en primera persona, la historia mínima de un niño autista que descubre que el caniche de su vecina ha sido asesinado. Lo que empieza como una pequeña novela negra casera, se precipita en un drama familiar. El planteamiento del libro de Foer, que apareció algunos años después, no es tan distinto. Hay un niño muy especial como protagonista, todo empieza con una búsqueda y se acaban removiendo las entrañas familiares más personales, con un especial hincapié en las relaciones entre padres e hijos. Todos esos aspectos son compartidos por las dos novelas que señalo.

El curioso incidente tiene, no obstante, un toque aún más naif que Extremely Loud, debido al punto de vista de un niño autista, que nos abre su mente y nos saca sonrisas y pellizcos en el estómago por igual. Aquí no hay atentados del 11S de trasfondo, es todo más doméstico, y la acción se desarrolla en Inglaterra, no en la Gran Manzana. Sin embargo, hasta cierto punto, la novela de Haddon me ha bajado del pedestal a la de Foer pues, aunque pese el dicho, ya está todo inventado...

El toque posmoderno experimental tan presente en Foer ya se aprecia en Haddon también, y El curioso incidente está salpicado de dibujos, salidas de tono e incluso exámenes con sus respuestas desarrolladas y todo.

Centrándonos en el libro, se lee en un par de ratos, siendo la primera mitad verdaderamente memorable. Engancha y absorbe. El lector no tarda en darse cuenta de que el protagonista de la historia no es un chico normal, que algo falla en su empatía, pues es un rasgo del que está totalmente desprovisto. Una vez que se le ha cogido el ritmo al entrañable muchacho, todo fluye. Sin embargo, es cierto que llega un momento en que el autismo llega a convertirse más en fin que en medio, y el recurso comienza a ser previsible. No obstante, ¿quién puede afirmar que éste libro no es una novelización del autismo más que cualquier otra cosa?

La edición del libro, cortesía de Salamandra, sigue en la línea de la editorial. Está bastante bien cuidada, con un diseño elegante, sencillo pero no pobre, con una impresión bastante clara y una paginación cuidada. Si conocéis las ediciones de la sagas de Harry Potter, ésta de Haddon no desmerece -pasta blanda, eso sí-.

Tendré que echar un vistazo al resto de cosas que tiene Mark Haddon por ahí, para ver si el listón que tiene en El curioso incidente se mantiene. Si es así, habrá que seguirle la pista a este tipo...

J.

jueves, 12 de febrero de 2009

Yo tenía tres añitos

Yo tenía tres añitos cuando, tal día como hoy hace ya un cuarto de siglo, se marchó en busca de famas y cronopios un tipo muy alto y muy tímido, un nómada de palabras y de vida, que escribió cosas alucinantes y alucinadas. Se montó -él nunca diría que cogió- en el ómnibus, y ya no volvió a contarnos nada. Nos dejó huérfanos de literatura, mirando al cielo como pelotudos, jugando sólos a la rayuela en un parque tranquilo, al ritmo de jazz y tabernas parisinas, pensando en casas tomadas y dándole cuerda al reloj.

Pero claro, yo tenía 3 añitos y tardé bastante tiempo en enterarme de la catástrofe que aquello suponía. Pero ahora estoy más tranquilo, porque sigue con nosotros siempre, cada vez que subimos o bajamos una escalera, cada vez que lloramos y cantamos, cada vez que, en definitiva, vivimos lo cotidiano y lo mágico.

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Apenas él le amalaba el noema, a ella se le agolpaba el clémiso y caían en hidromurias, en salvajes ambonios, en sustalos exasperantes. Cada vez que él procuraba relamar las incopelusas, se enredaba en un grimado quejumbroso y tenía que envulsionarse de cara al nóvalo, sintiendo cómo poco a poco las arnillas se espejunaban, se iban apeltronando, reduplimiendo, hasta quedar tendido como el trimalciato de ergomanina al que se le han dejado caer unas fílulas de cariaconcia. Y sin embargo era apenas el principio, porque en un momento dado ella se tordulaba los hurgalios, consintiendo en que él aproximara suavemente sus orfelunios. Apenas se entreplumaban, algo como un ulucordio los encrestoriaba, los extrayuxtaba y paramovía, de pronto era el clinón, la esterfurosa convulcante de las mátricas, la jadehollante embocapluvia del orgumio, los esproemios del merpaso en una sobrehumítica agopausa. ¡Evohé! ¡Evohé! Volposados en la cresta del murelio, se sentían balpamar, perlinos y márulos. Temblaba el troc, se vencían las marioplumas, y todo se resolviraba en un profundo pínice, en niolamas de argutendidas gasas, en carinias casi crueles que los ordopenaban hasta el límite de las gunfias.

Julio Cortázar, Rayuela. Capítulo 68.

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J.

miércoles, 11 de febrero de 2009

De lo que vi en el Valhalla

Nada. Fin de la entrada.

:D:D:D

Bueno, en realidad es verdad, podría parar aquí de contar aventuras en Suecia y Finlandia, porque verdaderamente no hay nada que contar. Ni siquiera frío, ya que no pasamos de los -5 grados, que vienen a ser un chiste en comparación con los -20 que sufrí varias veces en EE.UU.

Es cierto, por otra parte, que he estado de viaje de trabajo, por lo que no he tenido mucho tiempo -más bien nulo- para hacer turismo ni similares. No obstante, sí hay algunos datos interesantes que me gustaría señalar, que han sido contrastados in situ:

1.- Helsinki es bastante más limpia que Estocolmo. Sin embargo, la nieve que cubre la primera le da un toque sucio bastante peor, pues cuando la mierda blanca se acumula durante días en la ciudad, todo se pone asqueroso. Pero colillas, ni una.

2.- La gente es muy prudente conduciendo en autovía. No pasan de 120. En la ciudad también. No pasan de 120. A pesar de la nieve :|

3.- Muchísimos, muchísimos, muchísimos audis.

4.- Habla inglés absolutamente todo el mundo, y con un nivel bastante alto. Es más, cenamos en un chino y yo estaba espantado de cómo íbamos a entendernos. Teniendo en cuenta la que hay que liar en España para entenderse en español, pensé que para entenderse en Helsinki en inglés con un chino, iba a ser la bomba. Pues no, oiga, no.

5.- No hay pobres. Al menos no he visto ninguno.

6.- En Finlandia es llamativo que hay muchísimas más mujeres que hombres, y que los hombres son extraordinariamente feos. Pero feos de remate. He visto ejemplares de exposición, de verdad.

7.- Nunca, jamás, os vayáis de crucero por el Báltico una noche de miércoles de invierno. Estará asaltado por jubilados, que bailan pasodobles fineses y suecos con los mismos pasos que los españoles. Terrible.

8.- La tecnología del peine no ha llegado a Escandinavia todavía.

9.- Sólo tuve oportunidad de visitar una librería, pero señor, qué librería. Me río hasta de La Casa del Libro de Madrid. 3 plantas ENOOOOOOOOORMES, 45% de libros en finés, 45% en inglés, y un 10% en otros idiomas (español, ruso, etc.). Sección de cómics y novelas gráficas como Thor manda.

10.- Los túneles de lavado son un negocio ruinoso. Allí no se lava un coche ni por receta médica. He visto algunos a los que no se les leía la matrícula de mierda que tenían. Hay que decir, desde luego, que se debe a la nieve, que lo marranea todo que da gusto. Pero tener un taxi audi a4 3.0 cubierto de una capa gris-marrón da una impresión bastante fea, la verdad.

11.- A las 4.30 es de noche y está todo el mundo acostado, o por lo menos en su casa. Eso era previsible, por otra parte.

12.- La ropa en Finlandia -no lo sé en Suecia- es cara de terror. No he visto vaqueros por menos de 100€, jerseises por menos de 200€ ni abrigos por menos de 280-300€. Además, no hay tiendas de ropa para hombres.

13.- La comida es muy buena, rollo desayunos continentales de ponerse hasta los ojos. Además, por allí les gusta más un buffet libre que a un tonto un lápiz. Los ahumados, no podría ser de otra manera, reinan en la mesa -y están exquisitos-.

14.- La incompetencia de la administración española no tiene límites. Se extiende a las embajadas extranjeras también.

15.- Las mujeres, en general, llaman la atención por guapas o por feas. No hay término medio. Es más, se ven algunas mujeres ya maduras -digamos pasados los 50- con unos cuerpos que para sí los quisieran muchas que acaban de llegar a los 30. Y no hay tanta rubia. Los hombres, como ya he dicho, angelicos míos.

En fin, no han sido nunca dos de mis destinos preferentes para irme de vacaciones, y se han quedado más o menos en el mismo sitio en la lista de 'sitios para visitar'...

J.

lunes, 2 de febrero de 2009

Permanezcan atentos a sus pantallas...

A partir de la semana que viene, porque durante la presente éste que escribe ha escuchado la llamada de Loki, Odín y Thor y se marcha a los países nórdicos en busca del Valhalla y al encuentro del impenitente frío.

Volveré al refugio de los Sueños el fin de semana, pero seguiré cabalgando a lomos de caballos guiados por valkirias un par de días mientras me recupero, así que dejo esto en manos de mis perros de tíndalos guardianes unos días. Mientras no les provoquéis, no os harán mucho daño.

Rogad a Njord para que mi travesía por tierra, mar y aire (¡que sí, que voy por los tres medios!) sea llevadera y segura.

Volveré con fotos, lo prometo :)

Take care.

J.