martes, 2 de febrero de 2010

Avatar y el cine

Después de varias semanas de margen, esperando a que las hordas de público dejasen de acudir a las salas, me cansé de esperar (en parte también por la acumulación de trabajo cinematográfico que tengo, y lo que está por venir), así que me lancé a ver Avatar.

Se han escrito tantísimas cosas ya sobre la película, que supongo que poco o nada nuevo podré aportar, pero bueno, a ver qué os digo...

Técnicamente, tal y como cabía esperar, Avatar es una obra maestra. El empleo de la tecnología con fines cinematográficos ha sido una de las obsesiones de Cameron durante toda su carrera, así que esta vez no iba a ser menos. Es una película hecha para ser vista en 3D, con unas escenas pensadas para ser casi acariciadas por el espectador. A nivel de fotografía, sonido, escenarios, cámaras, efectos especiales y, sobre todo, color, es probablemente lo más grande y brutal que se haya hecho hasta la época en pantalla grande. Que Cameron saca rendimiento a lo que la ciencia le pone al alcance es indiscutible. Todo esto hace ya que Avatar sea una película que, desde luego, hay que ver para comprender hasta dónde se puede llegar en el mundo del cine y, más que ninguna otra, verla en pantalla grande y en 3D. Nada de verla online o en tu casa cuando salga el dvd. Craso error. Y sí, pese a todo lo que voy a decir a continuación, es de las películas que HAY que ver.

Hasta aquí, todo fenomenal. Los no pocos problemas de Avatar están en otro sitio, y es que la película es un coñazo a nivel narrativo. El guión de la cinta no es malo en sí, es simplemente tan previsible, infantil y ecológico que cansa hasta decir basta. Los personajes son un cúmulo de estereotipos uno detrás de otro, las escenas son una amalgama de situaciones enlatadas vistas ya mil veces antes, y las 3 horas de orgasmo visual bien podrían contarse en la mitad de tiempo. Pero ahí está el problema, ya que si se cuenta en 90 minutos, la mitad de las escenas realizadas por y para demostrar quién manda en el 3D cinematográfico y en tecnología en general tendrían que ser descartadas. La mayor parte de la película da la impresión de estar realizada simplemente como un manual de cómo hacer cine espectacular y épico en tres dimensiones, sin aportar absolutamente nada a la cinta, salvo un entretenimiento que al rato se convierte en sopor. Incluso la larguísima batalla final se me hizo interminable, algo destacable considerando que me gusta más una batalla épica que a un tonto un lápiz. Suena a tópico pero... ¿efectos especiales al servicio del guión o guión al servicio de los F/X? Aquí no hay duda.

Discutiendo con un amigo, me decía que Star Wars me gusta y el guión es igual de malo. Creo que no, creo que lo que distingue Star Wars de Avatar es, precisamente, que su guión engancha. Es un culebrón, sí, pero engancha. En la película de James Cameron no engancha nada, porque ya se sabe todo lo que va a pasar, absolutamente todo, cuando llevamos media hora de proyección.

Los hermanos Wachowski demostraron con la primera entrega de Matrix (con la segunda no, desde luego, y la tercera ni la he visto...) lo mismo que Alex Proyas ya anticipó en Dark City, y es que tener un buen guión no es incompatible con los efectos especiales.

Creo que todos los que hemos visto Avatar coincidiremos más o menos en que la película será un punto de referencia en el que se mirarán la inmensa mayoría de las superproducciones de ahora en adelante, al igual que ya ocurriera con otras obras de Cameron, como Terminator 2. Como ya ocurrió con Titanic, se llevará chiquicientos premios y será un paso de gigante más en la recalificación de eso que llamamos 'la magia del cine'.

Pero será que me estaré haciendo viejo, intelectualoide, o yo qué se: a mí me hubiese gustado que me contasen algo no tan obvio. Reconozco que es de obligado visionado para saber hacia dónde vamos y porque supongo que dentro de 60 años se hablará de ella como hoy hablamos de Ben-Hur, pero a mí me aburrió incluso sabiendo a lo que iba y habiéndome dejado el cerebro en casa.

J.

3 comentarios:

Rompememes dijo...

Yo me inflé de palomitas.

Y me gustó más la Herencia Valdemar.

(;,,;)

Anónimo dijo...

Oye, rompememes, ¿las palomitas de una película en 3D son planas?

El que firma los anónimos

Anónimo dijo...

No son planas, es que te las tienes que comer con las gafas 3D, es decir una palomita, una gafa, una palomita, una gafa...y así sucesivamente gordopilo.

Salu2