jueves, 9 de septiembre de 2010

Lo que hacen los mejores profesores universitarios

Con este título tan autoexplicativo se presenta uno de los libros que más me han hecho pensar en los últimos tiempos.

Ken Bain, autor del ensayo, expone en las páginas de Lo que hacen los mejores profesores universitarios los resultados de un trabajo de investigación de campo realizado en diversas universidades de toda índole (privadas, públicas, con mejores y peores rankings, en grandes metrópolis y pequeñas ciudades...). En dicho trabajo se ha analizado la forma de trabajar de más de medio centenar de profesores que, siguiendo diferentes criterios (entrevistas con ellos, evaluación y entrevistas con alumnos, resultados de los cursos que imparten, opinión de compañeros...), se han considerado como excelentes docentes.

El recorrido, ameno y didáctico -no podía ser de otra forma-, por la formas de ver la enseñanza de estos verdaderos maestros es un documento que clama por un cambio en la visión de la educación universitaria, un canto al intercambio de conocimientos y a la valoración del aprendizaje y de cada alumno como ente individual y único. El libro analiza el proceso de enseñanza-aprendizaje desde diversos ángulos, de la preparación de las clases a la evaluación, del trato al estudiante al cómo impartir la docencia. Pero que nadie se engañe, en los primeros compases ya se deja bien claro que el libro no pauta las fórmulas magistrales para convertirse de la noche a la mañana en un gran profesor universitario. Muy al contrario, en vez de dar recetas milagrosas, se reflexiona sobre el aprendizaje en sí mismo, y queda claro que para poder alcanzar unos niveles docentes magistrales se hace muy necesario un cambio de mentalidad del profesor medio en muchos, muchos aspectos.

Para mí, que me encuentro en los primeros compases de la enseñanza universitaria, el texto ha resultado ser un cúmulo de situaciones sobre las que pensar, un aporte infinito de ideas que no dejaban de corretear por mi cabeza conforme iba avanzando en las páginas (tal ha sido el estímulo que en ocasiones me dificultaba la lectura, pues me ponía hipotéticos casos prácticos mentales y empezaba a divagar bastante).

El libro es una obra de gran valor tanto para profesores como para estudiantes, un auténtico pozo de 'food for thought' para todos los que se mueven en el ambiente de la enseñanza universitaria y que sienten que algo chirría en las aulas en algunas ocasiones. Los planteamientos didácticos del selecto grupo de docentes son a veces sorprendentes, otras tremendamente obvios pero no tan fáciles de llevar a la práctica, pero siempre, siempre, teniendo presente que el proceso de enseñanza-aprendizaje es algo bidireccional, nunca unidireccional.

La reflexión última que, de manera bastante triste, se puede extraer del libro, es que, como ya he apuntado, los planteamientos que estas decenas de profesores poseen distan mucho de la media que se puede encontrar a nuestro alrededor. Un cambio en la concepción básica de la educación sería necesario para que más profesores así proliferasen en las aulas. Agarrarse al modelo tradicional es cómodo, tremendamente cómodo, pero paraos a pensar un momento en los profesores que realmente recordais: ¿qué era lo que los hacía engancharos? ¿qué sacó de vosotros? Yo lo tengo claro, y este libro ha confirmado mis sospechas.

J.

3 comentarios:

ElHombrePancho dijo...

Te importa que lo mande a Menéame?
Gran artículo.

Abdul Alhazred dijo...

Poooo, como usté guste. Nunca me han Meneado, la verdad :D

J.

ElHombrePancho dijo...

Lo siento, era dupe (y portada): http://www.meneame.net/story/hacen-mejores-profesores-universitarios-buena-docencia-puede-aprenders