Es probable que recordéis, los que crecisteis en los ochenta, aquellas películas en 3D que, de vez en cuando, ponían en el cine o televisión, como aquella legendaria entrega de Pedasilla en Elm Street, donde Freddy casi te sacaba un ojo en la sala de cine con su garra, y nos íbamos a casa con unas pesadillas de escándalo, no muy seguros si por culpa de Freddy, del mareo de las 3D o por ver a tanta gente con aquellas gafas tan feísimas en rojo y azul.
Los tiempos han cambiado, y ahora todo se ha modernizado mucho desde los inocentes y ochentosos años ochenta. En vez de ir al añejo y encantador cine Santa Rosa, enorme, con butacas que olían a polvo, y con un acomodador viejuno que te daba tus gafas de cartón y celofán, ahora nos vamos a un multicines impersonal, nos dan unas gafas algo más fashion (horrendas de todos modos), y las tres dimensiones no marean, sino que alucinan.
En vez de Freddy matando quinceañeros hormonados, en U2 3D vemos a Bono, Edge, Larry y Adam en acción durante algo más de hora y media, sacada en su totalidad del concierto que dieron en Buenos Aires durante la gira de How To Dismantle an Atomic Bomb. Es una notable diferencia, la verdad.
Al grano: BESTIAL. La tecnología 3D que hay desarrollada hoy en día es simplemente un pasote. Partimos de la base de que estoy hablando de un concierto de música, esto es, un evento que no está grabado con la intención única de hacer una peli en 3D y aprovechar al máximo sus posibilidades. Pero aun así, lo que deja entrever es que, cuando hagan algo tipo Silent Hill en tres dimensiones, muchos nos lo vamos a pasar de muerte.
Hay determinados ángulos de cámara y juegos de profundidad en los que, durante el concierto, las 3D se salen –chiste barato–, como todas y cada una de las tomas de la batería, una cámara que saca primeros planos de Bono (¡quédate y hacemos merienda cena!) o algunos planos generales. La impresión, en ocasiones, es de verdaderamente encontrarte formando parte del público.
Además de lo espectacular de las tres dimensiones en sí, está también el añadido de que el formato digital ofrece una nitidez y una calidad de imagen bastante superior a lo que estamos acostumbrados a ver en las salas convencionales, algo así como la diferencia entre un dvd y un vhs en cuestión de imagen, para que nos entendamos.
Y con respecto al concierto en sí, bueno, tengo que decir que yo estuve en esa gira, en Madrid, y estar rodeado de 50.000 personas y ver las dos horas y media completas que se marcaron en el Vicente Calderón no es exactamente lo mismo que verlos en una pantalla de cine, con todo el mundo sentado, sin apretujones ni saltos ni gritos, por muchas tres dimensiones que valgan. Igual que con Shine a Light de los Rollings. En la hora y media de película-concierto se han seleccionado lo temas más famosos y con más gancho de la banda, y yo personalmente he echado de menos alguno que otro que tocaron durante la gira, como "City of Blinding Lights" o "Miracle Drug", pero por lo demás, U2 en estado puro.
Si ODIAS con toda tu alma a la banda, espérate a buscar otra cosa para experimentar las 3D, pero si te gustan mínimamente, la experiencia merece la pena, por las gafas, por la calidad de imagen, por el concierto, por ver la incipiente calvicie de Bono o por lo que sea, pero no te lo pierdas.
J.
P.D: Tenemos wifi en el piso de la independencia. Va lenta y cuando el vecino quiere, pero por lo menos estamos conectados a la gran red :)
Los tiempos han cambiado, y ahora todo se ha modernizado mucho desde los inocentes y ochentosos años ochenta. En vez de ir al añejo y encantador cine Santa Rosa, enorme, con butacas que olían a polvo, y con un acomodador viejuno que te daba tus gafas de cartón y celofán, ahora nos vamos a un multicines impersonal, nos dan unas gafas algo más fashion (horrendas de todos modos), y las tres dimensiones no marean, sino que alucinan.
En vez de Freddy matando quinceañeros hormonados, en U2 3D vemos a Bono, Edge, Larry y Adam en acción durante algo más de hora y media, sacada en su totalidad del concierto que dieron en Buenos Aires durante la gira de How To Dismantle an Atomic Bomb. Es una notable diferencia, la verdad.
Al grano: BESTIAL. La tecnología 3D que hay desarrollada hoy en día es simplemente un pasote. Partimos de la base de que estoy hablando de un concierto de música, esto es, un evento que no está grabado con la intención única de hacer una peli en 3D y aprovechar al máximo sus posibilidades. Pero aun así, lo que deja entrever es que, cuando hagan algo tipo Silent Hill en tres dimensiones, muchos nos lo vamos a pasar de muerte.
Hay determinados ángulos de cámara y juegos de profundidad en los que, durante el concierto, las 3D se salen –chiste barato–, como todas y cada una de las tomas de la batería, una cámara que saca primeros planos de Bono (¡quédate y hacemos merienda cena!) o algunos planos generales. La impresión, en ocasiones, es de verdaderamente encontrarte formando parte del público.
Además de lo espectacular de las tres dimensiones en sí, está también el añadido de que el formato digital ofrece una nitidez y una calidad de imagen bastante superior a lo que estamos acostumbrados a ver en las salas convencionales, algo así como la diferencia entre un dvd y un vhs en cuestión de imagen, para que nos entendamos.
Y con respecto al concierto en sí, bueno, tengo que decir que yo estuve en esa gira, en Madrid, y estar rodeado de 50.000 personas y ver las dos horas y media completas que se marcaron en el Vicente Calderón no es exactamente lo mismo que verlos en una pantalla de cine, con todo el mundo sentado, sin apretujones ni saltos ni gritos, por muchas tres dimensiones que valgan. Igual que con Shine a Light de los Rollings. En la hora y media de película-concierto se han seleccionado lo temas más famosos y con más gancho de la banda, y yo personalmente he echado de menos alguno que otro que tocaron durante la gira, como "City of Blinding Lights" o "Miracle Drug", pero por lo demás, U2 en estado puro.
Si ODIAS con toda tu alma a la banda, espérate a buscar otra cosa para experimentar las 3D, pero si te gustan mínimamente, la experiencia merece la pena, por las gafas, por la calidad de imagen, por el concierto, por ver la incipiente calvicie de Bono o por lo que sea, pero no te lo pierdas.
J.
P.D: Tenemos wifi en el piso de la independencia. Va lenta y cuando el vecino quiere, pero por lo menos estamos conectados a la gran red :)
2 comentarios:
Bienvenidos al mundo de la independencia. ¿O es una independencia de todo a 100, comiendo el tupper de mamá y llevando la ropa a lavar semanalmente? :-P
Como U2 me la pela un poco no iré a ver el circo en sí, pero me has hecho recordar buenos tiempos de gafas de cartón horteras.
Abrazos desde las bárbaras tierras del norte.
P.D: Cambia ese lejendario, que parece escrito con neón.
Dremíadelamorhermoso con el lejendario. Me fustigo. Este negro que tengo contratado escribiendo, que ya no me rinde :P
Tierras del norte? A ver si me mandas un puto mail y me cuentas qué es de tu vida, marikita.
Y la independencia 100% auténtica, cocinando y lavando nosotros :P
J.
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