viernes, 3 de julio de 2009

Oriente, Occidente, 45 grados a la sombra, 20000 mitos y el viaje de un árabe loco

Sigo mentalmente equilibrado y más o menos vivo, aunque pensé que el viernes por la tarde no iba a llegar nunca. Desde el pasado lunes, cuando comenzó el I Congreso Internacional de la Asociación Española de Estudios Interdisciplinarios sobre India, hasta anoche a las 3 de la mañana, cuando me metí en la cama, todo ha sido una constante lucha contra los elementos.

Tener a medio centenar de personas procedentes de muchos rincones del globo -muchas de ellas, lógicamente, de ese rincón llamado India- invitadas a un congreso del que eres parte del comité organizador puede ser algo la mar de estresante. Si encima añades que vienen personalidades de prestigio internacional (Ghita Hariharan, Sunny Singh, M.G. Vassanji, Padma Viswanathan...), todo se hace con más ilusión pero, sinceramente, con muchísima más presión. Si además consideramos que el encuentro entre Oriente y Occidente a veces no es sencillo, añadimos más piedrecitas a la carretilla.

He tenido jornadas maratonianas de 20 horas en pie, carreras, preguntas, teléfonos, cambios de última hora, problemas y más problemas, calor extremo, apagones, improvisación mágica, improvisación chapucera, salidas culturales -y lúdicas-, rincones de aire acondicionado, coordinación de un miniejército de 15 colaboradores que han salvado mil y una situaciones comprometidas, risas, tensión y buen ambiente en general. Por lo que he escuchado, además, ha habido una cosa llamada conferencias y comunicaciones, que es lo que normalmente tiene un congreso, pero de las que no he podido disfrutar en ningún momento porque encontrarse tras el telón, moviendo los hilos para que el botellín de agua esté encima de la mesa del conferenciante, el cañón y el proyector funcionen y los músicos lleguen al Palacio de Viana a tiempo, hace imposible poder sumergirse académicamente en el microcosmos indio-canadiense que se ha organizado. Una verdadera lástima, porque se han tratado temas, según me han contado en momentos de calma, bastante interesantes.

La parte positiva, desde luego, el poder compartir unas tapas con gente que sabe tantísimo, que tienen una visión tan radicalmente diferente de todo a lo que nosotros solemos ver... y la sensación de que, más o menos, se marchan satisfechos y agradecidos.

Además, me llevo de regalo dos joyitas de la red que aun tengo que explorar a fondo. Por un lado, Ars Operandi, publicación artística y cultural editada por José Álvarez, al que he tenido oportunidad de conocer durante el congreso. Por otra parte, el blog de Sunny Singh, con la que he podido compartir terrazas nocturnas, mucho salmorejo y alguna conversación de lo más interesante sobre purgatorios.

Finalmente, me ha sido imposible anunciarlo antes por la falta de tiempo, pero estoy bastante orgulloso de poder decir que hemos superado las 20.000 visitas. Algo bastante impensable cuando comenzó la singladura de este blog hace casi un par de años, la verdad. Gracias a todos :)

J.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me alegro que el congreso haya salido tan bien como dices y supongo que igual que como me imagino, o sea, excelentemente. También te felicito de las 20.000 visitas. ¿A dónde te has mudado para dar cabida a tanta gente en tu casa?

El que firma los anónimos

Rompememes dijo...

Singh, ese apellido en la India debe de ser como el Pérez aquí: te lo encuentras en todos sitios. Conozco unos cuantos Singh en los campos de plantas parásitas, bioquímica, biología molecular y nanotecnología. Y seguro que hay más :D

(;,,;)

PD Te apunto una cerveza en la cuenta de deudas con motivo de la conjunción astral que se dio hace 29 años. ¡Iä! ¡Iä! ¡Shub-Nigurath!

quéinsólito dijo...

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