martes, 28 de julio de 2009

Nocturna

Guillermo del Toro, al alimón con Chuck Hogan -el invencible hijo de Chuck Norris y Hulk Hogan, como me comentaron unos amigos-, han publicado Nocturna, primer volumen de una trilogía sobre vampiros. Aviso, que destripo partes del libro ;)

De primeras, el tema puede resultar (y resulta) poco original. Desde luego, del Toro me gusta como director, y no puedo negar que me interesé por el libro debido al autor. Si llega a estar escrito por otro, se hubiera quedado en las estanterías de la librería. Por tanto, es cierto que comencé la lectura de Nocturna con una cierta predisposición positiva.

Las críticas que he leido han sido de lo más variadas, desde los típicos colgados que aman cualquier cosa hecha por del Toro hasta los que han puesto el libro de vuelta y media sin demasiado fundamento. Yo me quedo en un término medio. Nocturna no es una narración magistral, ni creo que fuese la intención de los escritores. Se trata de un libro extremadamente cinematográfico (no podía ser de otra manera) que hace un acercamiento no demasiado original al tópico de los vampiros. Tiene un principio muy prometedor, y se crea una fuerte tensión alrededor del aterrizaje de un avión con todas las luces apagadas en el JFK de Nueva York. Después, estalla la invasión vampírica en Manhattan, y la mayoría de las 600 páginas del libro se dedican a describirnos esa expansión, cómo los vampiros que han llegado en el avión se sumergen en lo profundo de la metropoli, vuelven a sus hogares y propagan el virus. Y digo virus, pues es el acercamiento pandémico que los autores realizan del vampirismo, comparándolo con una enfermedad, haciendo análisis forenses, epidemiológicos y estudios de comportamiento de las ratas... lo que le da más originalidad al texto.

A ratos, Nocturna es un cuento de terror. En otras ocasiones, una novela policíaca. En determinados momentos, un manual clínico. En un buen número de páginas, una crítica a la sociedad actual. Y creo que es en esa crítica social donde reside uno de los principales valores de la novela. En cierto momento, el lector puede llegar a pensar que el número de veces en las que se describe la llegada de un vampiro neonato a su antiguo hogar familiar para devorar a su familia humana es excesivo. Sin embargo, es en estas escenas casi costumbristas donde del Toro y Hogan plantean su sutil retrato de la sociedad, y nos asoman a los domicilios de los ciudadanos del día a día, de aquellas familias en las que hay problemas, peleas paternales y divorcios, malos tratos, drogas, alcoholismo, y también buenas relaciones paterno-filiales, amistad y amor.

Por otra parte, es sumamente simbólico y significativo que el Amo, vampiro primogénito y causante de la pandemia, se oculte en los túneles subterráneos ocultos bajo la Zona Cero. La sombra del 11 de septiembre sobrevuela con intensidad esta primera parte de la trilogía, y sigue siendo un lugar en el que se dan la mano lo sagrado y lo demoníaco, donde reposan miles de víctimas y donde se fractura la realidad tal y como la conocíamos hace 8 años. Además, el Amo entra en escena en la Segunda Guerra Mundial, en un campo de exterminio. Una vez más, el 11-S y el Holocausto se encuentran, como ya ocurre en varios libros que he reseñado por en este blog.

Nocturna se lee con muchísima facilidad. El perfil cinematográfico del libro es evidente, y la acción fluye sin problemas. Los emplazamientos son sumamente visuales, las descripciones muy gráficas. Recuerda, salvando las distancias (y lanzando puentes entre las similitudes) a la prosa de George R.R. Martin. Engancha, porque cuando se trabaja en el mundo del cine, se sabe enganchar.

Con respecto al floclore vampírico en sí, hay un potaje importante en el que hay referencias a Stoker, a Lovecraft, a la ciencia ficción más pulp, a Carpenter, a Blade... El regusto general es el de encontrarnos ante algo realizado con buenas manos pero previsible. No se aporta absolutamente nada novedoso a la figura del vampiro. Las disecciones anatómicas, que bien podría haber firmado Lovecraft en En las montañas de la locura, nos dejan descubrir la ausencia de colmillos y la presencia de un aguijón que tampoco es original, pues es fruto de la tradición europea más clásica.

Mención aparte merece la terrible traducción. Parece escrita también a 4 manos entre un español y un sudamericano, y la irrupción de términos como jugo (por zumo) o auto (por coche) puede llegar a ser extremadamente molesta. Los siguientes, sin dudarlo, en inglés.

Interesante por algunos aspectos, previsible por otros, digamos que es una lectura veraniega apta para los amantes del género. Compraré las siguientes entregas, pero no las esperaré con histeria.

J.

2 comentarios:

Rompememes dijo...

No he acabado de leer esta entrada para que no me destroces el libro, que he conseguido como ebook. En anobii hay críticas de todo tipo, así que lo he cogido con cautela. Lo que más critican es la traducción, con muchas expresiones latinoamericanas.

Ya te diré cuando lo lea (que ahora estoy con uno de repúblicas y piratas)

(;,,;)

Anónimo dijo...

Yo me lo leí. Me pareció casi un guión de su próxima película. Se lee fácil y coincido en la traducción. ¿Por qué yo nunca había oído la expresión "halar" en vez de "tirar" o algo similar y en este libro sale como 5-6 veces?.

Salu2