jueves, 15 de noviembre de 2007

¿Informando o dando carnaza?

El otro día, arreglando el mundo con Pingu, como solemos hacer, tuvimos una discusión acerca de los medios informativos. Hace un par de días, a raiz de un incidente en un partido de baloncesto en Israel, en el que un petardo-barrena de TNT le voló 3 dedos a un guardia de seguridad y todos pudimos ver tranquilamente las imágenes, volví a pensar sobre el tema.

Hace ya algunos años, recuerdo que era impensable ver según qué cosas en los informativos. La imagen típica del zapato en la cuneta tras un accidente de tráfico ya se consideraba de bastante mal gusto. Pero poco a poco, la cosa ha ido a peor, y ahora ya un zapato es una niñatada. Ahora hay que ver, si es posible, el accidente. Y si no, a las víctimas desangrándose y con los sesos esparcidos por el asfalto.

En los días posteriores al 11 de septiembre, todos vimos a gente tirarse por las ventanas, a gente ensangrentada corriendo por las calles, a gente mutilada, a gente muerta... Y tan panchos. En EE.UU. parece ser que hubo un pacto entre los mass media para evitar este tipo de imágenes. Hay quien dice que eso es una forma de censura. Yo, sin embargo, lo apruebo. Para mí eso no es informar. Eso es dar carnaza, servir el morbo en bandeja a la hora del almuerzo o de la cena, cuando todos estamos en casa delante del televisor. ¿Qué necesidad hay de ver a treinta personas tirándose desde la planta 80 de la Torre Sur? ¿Qué necesidad de ver una imagen escalofriante del tipo de seguridad, de rodillas y gritando al aire, con la mano mutilada y ensangrentada? ¿No nos basta con saber que murieron 3000 personas en Manhattan en un ataque terrorista o que debido a una bengala-petardo un miembro de seguridad ha perdido tres dedos? No. Tenemos que verlo. No basta con saber, como todos sabemos, que todos los días mueren africanos en el Estrecho. Hay que poner, a primera página y en color, el cadáver de uno de ellos con la calavera completamente enlucida, pues toda la carne que había rodeado su cráneo ha sido devorada (no sé cuántos recordaréis esa foto, pero a mí no se me va a olvidar en mucho tiempo).

El caso es que, debido a que todo eso está pasando, se nos presupone el derecho de verlo. Por eso, en los informativos, nos comentan antes de pasar el corte que 'la siguiente secuencia puede herir su sensibilidad', o que 'las imágenes que van a ver son de una dureza tremenda'. Cada vez que escucho eso en televisión, es como si estuviese escuchando 'llamen a toda la familia, a los vecinos, reúnanse delante del televisor. Tenemos la carnaza que andan buscando para el postre'.

Siguiendo esa misma política, como ya le comenté a Pingu, creo que también sería de rigor informativo el ponernos el vídeo que grabaron el caníbal aquel alemán y su víctima, mientras se comían los genitales del segundo. O todas y cada una de las ejecuciones que hay en los corredores de la muerte de todo el mundo.

El problema es que, muy a mi pesar, me temo que todo eso no tardará en llegar. Seré una nenaza, un censor, o como queráis llamarme, pero a mí todo esto me da mucho ascopena. Estamos volviendo, cada vez más, al circo romano. Ya no nos basta con el fútbol. Ahora queremos ver mutilaciones de verdad, muerte en directo. Como los gladiadores son otros, no hay problema.

J.

1 comentario:

Thùlio M. Moreno dijo...

Eso pasa, porque los principios perdieron su valor. Ahora el valor es inverso a la moral y la verdad.