domingo, 16 de septiembre de 2007

Veni, veni, Els Comediants!


Marlowe, por boca de su Doctor Fausto, invocaba a las fuerzas del infierno, encarnadas en la figura de Mephistopheles, al grito de 'Veni, veni, Mephistopheles'. El viernes pasado dio la impresión de que Fausto estaba en Córdoba, y el último acto de la obra se estaba desarrollando en la Corredera y alrededores, con las fauces del infierno abiertas dispuestas a engullir a Fausto, a un presente y a todo el que se pusiese a tiro.

Con motivo de la inauguración de la Eutopía07, la compañía Els Comediants representó su espectáculo Dimonis, basado en la presencia del fuego y el diablo en todas las festividades de carácter popular. Bengalas, petardos, pirotecnias variadas, discursos dionisíacos, bailes, demonios, dragones, representaciones mitológicas, pasacalles infernales... Todo ello a lo largo de algo menos de dos horas de representación por la conocida plaza cordobesa y sus alrededores. Fue un espectáculo muy medieval, muy 'espectacular', valga la redundancia, y muy ruidoso (que ya he escuchado quejas de varios vecinos de la zona, y la verdad es que tienen toda la razón). Pero la cosa es que yo me lo pasé como un niño chico, entre bengalas, fuegos y explosiones, sudando como si estuviese en el mismísimo infierno, correteando, empujando y siendo empujado, con los ojos irritados de la pólvora, chamuscado por algunas chispas, protegiendo la cámara como si fuese mi propia alma a punto de ser arrebatada por los demonios...

De las mini-representaciones que se llevaron a cabo a lo largo de toda la noche, pude reconocer una inspirada en el mito de la Tarasca, y otra más en el mito del Minotauro, siendo en todas ellas la figura femenina clara vencedora con sus malas artes danzarinas frente a las criaturas brutales y monstruosas.

He estado investigando un poquito, y parece ser que el espectáculo tiene ya algunos años, datando de los 80, y la verdad es que se ha conservado estupendamente. Me imagino que habrán ido renovándolo y demás, pero está muy bien montado y con una organización EXTRAORDINARIA (todavía no me creo que con el pifostio que montaron, no saliese nadie del público ardiendo). Como ya he dicho, retoma algunos mitos clásicos, como la lucha entre la Tarasca y Santa Marta, y un Minotauro que sucumbe a los encantos de una 'Tesea' o de una Ariadna que pasó de Teseo y se metió solita a darle chuscas al torito bravo.

En definitiva, y sin entrar en la polémica del escándalo que montaron de noche, los infiernos subieron (o bajaron) a Córdoba el viernes, y llenaron calles, terrazas y azoteas. Y yo tan contento.


J.

1 comentario:

Anónimo dijo...

También tiraban bombas de harina...(ejém)

Sólo una pega: para referirse al templo de Claudio Marcelo decían TEATRO romano, y lo repitieron muchas veces... ay.... muy mal



(el teatro romano [lo poquísimo que queda de él] se encuentra en otro lugar. Parte de las gradas pasan por el museo arqueológico y están descubiertas (no enterradas), pero el acceso es restringido, al menos cuando yo las vi)...ventajas de humanista que ha estudao arqueología ;)